Built To Spill

Originarios de Idaho, se encuentran entre los cabecillas del indie rock desde mediados de los 90 (nacieron como banda en 1992). Plantaron su tienda entre la post-modernidad que preconizaba Pavement y el galope de Neil Young, sin tintes revolucionarios ni eclécticos, más pendientes de hacer música que pide tiempo y no inmediatez. Con su cantante y compositor Doug Martsch convertido en un guitar hero que ha competido incluso con J Mascis -rival e ídolo al mismo tiempo, su mayor influencia- a la hora de hacerse con ese podio en el mundo alternativo. En estudio están más pendientes del arreglo y de lo intrincado y arty, mientras que sobre el escenario apuestan por lo impredecible y la rudeza. A lo largo de su trayectoria han ido prefiriendo las tramas abruptas, con melodías que se van fracturando y dan paso a otras, en un continuo reto a la fórmula tradicional de canción. Su octavo álbum, "Unethered Moon", publicado en abril de 2015 (y el primero que sacaban desde “There's No Enemy”, de 2009), funciona como un testamento del perfeccionismo de Martsch (que descartó un álbum completo, ya finalizado, en 2012), quien se muestra como un veterano que todavía continúa encendido y profundizando en el mismo tipo de canción con el sentido de la aventura de un hombre joven cargado de curiosidad. Finalmente, su última aportación a su catálogo es "Built to Spill Plays the Songs of Daniel Johnston" (2020).